jueves, 22 de abril de 2010

Letras ¡Manifiéstense!


¿Qué sucede con estas letras enfurecidas por crear su forma y su razón de existir?
Hace meses que quisieran ser algo más que letras y hace meses que yo quiero que sigan siendo solo letras. Jamás las había reprimido tanto y me apena haber sido tan injusta con ellas.

Entonces, libérense... he quitado las llaves de mis dedos y de mi boca.
¡Manifiéstense! Se que desean dejar constancia de mi inconsciencia y de mi realidad
Que la verdad no es tan simple, que no es tan fácil como me lo he querido plantear, que expulsar no es cosa de segundos y que mientras yo vivo, muchas cosas agonizan en mi interior y otras proclaman victoriosas su muerte.

Letras, queridas letras... quieren contar lo que jamás conté, pero que sentí con fuerza en un momento y aunque hoy muchas se han marchado al olvido. Acepto su solidaridad con las letras adjuntadas en papeles olvidados buscando sentido.

¡Manifiéstense!

Ahogaba el respiro en una mirada inútil hacia fotos que por más recientes ya formaban parte del pasado. Ahogaba a más de mil muertos en el mar de lágrimas que en su alma se había acumulado.
Estaba la intriga del futuro incierto del minuto que se acercaba a cada instante, en su cara se le notaba el pánico absurdo, que para ella era lo mas sensato.
Había tomado un camino desconocido llevada por sus ideales y convicciones, que por años había postergado, en espera que el momento exacto llegara a su vida y así estar lista para emprender camino.

Al encontrarse en el medio de su trayecto, se detuvo para observar a su compañía de frente y así decirle con la mirada lo siguiente:

“No pretendo participar de tus luchas, pero si quisiera ser el descanso de tus sentidos
No pretendo hacer de tu camino el mío, pero si que mi camino esté dentro de tu mapa
Yo hice mil caminos por años en forma de zigzag, a la sombra de los tuyos
hoy solo quiero que el mío esté a la luz, para que tus ojos añoren un respiro.”

El camino tenía su final, más cerca de lo que ambos creyeron y aunque no dolió ni duele hoy, le apena pensar que él jamás escuchó.