lunes, 11 de enero de 2010

Pretendía hablar de sombras


Pretendía hablar de tus sombras
expresar el sinsabor de tus miedos
con tus ojos negros enfocados en el dolor
una mezcla de algodón con tus manos
un héroe en el pecho y miel en los labios
Un animal en el último peldaño de arriba hacia abajo
blanco puro en la última puerta del alma
imitación de negro en todas las puertas falsas
el rojo intenso de tú sangre cargado de esperanza
un cuadro de luces en la mirada
el protagonista se pierde en la belleza que ignora
un ave enjaulada en trapos opacos
Pretendía hablar de sombras y la pretensión no cambió
como hormiga en busca de azúcar que jamás encontró
Un cielo en colores, un arpa de flores
no lo inventé en mi existencia
Aquí hay luz y no soy yo.

martes, 5 de enero de 2010

Nos Vemos al Caer el Sol


Hoy te fuiste de viaje mamá y espero que hayas escuchado cuando te grité que te extrañaría y la falta que harías en casa. Al decirme adiós traté de retenerte, pero tu expresión bastó para detener mi intento y sin más que decirme partiste. Quisiera poder haber alcanzado a preguntarte cuando volverías, pero ya era tarde.
Quise llamarte, pero olvidaste tu teléfono, le pregunté a papá si había otro número en donde ubicarte, pero me respondió distraído que a donde irías no existen los teléfonos. Me pregunto, que lugar tan extraño será ese, tal vez es uno de esos países de cuentos, como los que me narras antes de dormir cuando me siento mal o simplemente tengo miedo. ¿Qué pasa si me enfermo? ¿Le enseñaste a papá que debe hacer? ¿Le dijiste que debe acariciarme el pelo antes de dormir? Espero que si mamá...
Ha pasado muy poco tiempo desde que te fuiste y ya me haces falta, en 6 horas nadie me ha dado un abrazo y al parecer nadie se ha percatado que durante ellas he permanecido en el baño de este lugar tan extraño. Tal vez a ti te gustaría, todos han traído muchas flores, pero la gente parece triste, algunos lloran, otros simplemente permanecen en silencio, todos abrazan a papá y dicen palabras que no logro entender, de seguro si estuvieras me las explicarías. Al parecer papá te extraña tanto como yo, está tan triste y callado, me gustaría abrazarlo, pero camina de un lado a otro sin decirle nada a nadie.
Mamá tu nunca te habías ido de viaje sin mi, siempre me llevas a todas partes, ¿por qué esta ves no? No me conformo con tu respuesta, de que este viaje debes hacerlo sola y que algún día yo conoceré ese lugar, ¿por qué no ahora?
La abuela me ha sacado del baño y ya no quedan mas que papá, el abuelo, la abuela y yo, ella también parece triste, al despedirse sentí su cara mojada en lágrimas, tal vez se le perdió uno de sus gatitos, pero no me atreví a preguntarle para que no se pusiera mas triste. Tu siempre te ríes de ella cuando se le pierde uno y llega a casa llorando.
Han pasado casi dos días y papá me dejó un vestido negro sobre la cama, ese vestido el cual tú tanto odias, dices que no es color para una niña. Me veo tan triste con él. Los zapatos se me salen al caminar, al parecer no le avisaste a él que aún no aprendo a abrocharlos y tampoco que la comida chatarra me hace mal a la pansita, pero es lo único que hay en casa. Quisiera que estuvieras aquí para que nos cocinaras, a papá también le gustaría, porque mientras comíamos no paraba de llorar.
Hoy todos visten de negro y el sacerdote de los domingos habla de lo maravillosa que eres y a hora he entendido todo, tu alma es la que ha viajado, tu cuerpo se encuentra en esa hermosa cajita que papá ha comprado para ti. Él dice que le prometiste visitarnos en los sueños y que si te llamamos te convertirás en la brisa del viento para acariciarnos. También me prometió que pronto aprenderá hacer tu rol, pero yo sé que nunca nadie te podrá reemplazar. Mientras nos alejamos de ti me cuenta de que algún día volveremos a estar los tres juntos, yo solo espero la noche para preguntarte cuando será. Hasta siempre mamá.